
Investigadores dieron cuenta de la importancia de estudiar la “heterogeneidad ambiental” de las costas de Chile para entender cómo una especie estaría más adaptada al aumento de temperatura global.
Ricardo Pérez, La Nación. La ostra chilena (Ostrea chilensis), si bien no es un producto marino que exporte nuestro país, ha aumentado el interés en los últimos años para poder llegar al mercado extranjero. Con una distribución geográfica que va desde la región de Los Lagos hasta Magallanes, es importante conocer cuál podría ser su capacidad de adaptación frente a los pronósticos de cambio climático proyectados por la comunidad científica.
Sin embargo, frente a esta amplia distribución, un grupo de investigadores también dio cuenta de la importancia de estudiar algunas zonas geográficas, analizando cómo los ejemplares de ciertas áreas podrían tener una mejor adaptabilidad a variables ambientales de cambio climático, dado las difíciles condiciones que ha experimentado en su historial de vida.
Un ejemplo de ello son los estuarios, zona geográfica donde un río desemboca al mar. Debido a ello, existe una mayor fluctuación en la marea e intercambio constante de agua dulce y salada, donde ciertas especies que habitan en el lugar han desarrollado una mayor capacidad de adaptación frente a factores de estrés.
El estudio, realizado a través de un proyecto Fondecyt, fue liderado por el Dr. Jorge Navarro, investigador del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Ideal) y del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas de la Universidad Austral de Chile (UACH).
Leer más en La Nación.