
Gracias a las muestras extraídas en una expedición paleoceanográfica, un equipo de investigadores realizó el primer análisis de alta resolución temporal de los sedimentos del lugar, lo que les permitió determinar la variabilidad en el flujo de la Corriente Circumpolar Antártica.
Sus aguas son consideradas las más tormentosas del planeta. Sin embargo, no solo es conocido por los fuertes vientos y frecuentes tormentas que azotan a las embarcaciones que intentan cruzarlo, sino que también porque separa América del continente blanco. El Paso Drake es un estrecho pasaje por el que fluye la Corriente Circumpolar Antártica, que es impulsada por los Vientos del Oeste y constituye el sistema de corrientes más grande del planeta, conectando las principales cuencas oceánicas.
En 2016, un equipo internacional y multidisciplinario de científicos participó en la expedición PS97 “PaleoDrake”, organizada por el Alfred Wegener Institut (AWI) y liderada por el Dr. Frank Lamy. Tras pasar más de 50 días a bordo del rompehielos alemán Polarstern, los investigadores colectaron diversas muestras de ambientes oceánicos muy poco estudiados por ser sistemas climáticos de difícil acceso. En aquella campaña se logró colectar 30 testigos de sedimentos, los que se obtuvieron aproximadamente a 300 metros del fondo marino del Paso Drake.
Con uno de esos testigos, científicos de instituciones alemanas y chilenas, entre ellas el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Ideal) de la U. Austral de Chile (UACh) y el Centro Oceanográfico Copas Sur-Austral de la U. de Concepción (UdeC), realizaron el primer registro de alta resolución temporal y de larga data de la Corriente Circumpolar Antártica en el Paso Drake. Hasta la fecha, el registro más largo no superaba los 65.000 años.
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