
Halicarcinus planatus es el nombre científico del cangrejo austral.
Científicos harán la prueba para saber si puede vivir en aguas a -1,8 grados
Ariel Dieguéz, Las Últimas Noticias. El cangrejo Halicarcinus planatus, el más austral del mundo, mide tan solo dos centímetros de ancho, pero si coloniza la Antártica podría provocar inquietantes consecuencias. “Cada vez que llega un animal a un ambiente, produce un desbarajuste ecológico. No tiene depredadores y puede, por ejemplo, comerse los huevos de otros animales”, explicó Luis Vargas, biólogo marino, doctor en ciencias de la Universidad de Cádiz, España, académico de la Universidad Austral e investigador del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL).
“Es un carroñero, pero también puede depredar los huevitos que están en las algas”, detalla.
En febrero del 2010, científicos estadounidenses encontraron una hembra de cangrejo austral, con huevos, en isla Decepción, cerca de la Península Antártica, y la comunidad científica creyó que esta especie podría estar invadiendo estas latitudes. “Este año estuvimos ahí, en el mismo punto, y no encontramos ejemplares de este cangrejo. Entonces la pregunta es ¿Fue algo puntual el que haya llegado ahí?”, dice Zambra López, estudiante de doctorado de la Universidad de Chile. Junto con el Centro IDEAL, ella hará pruebas para ver si el crustáceo puede viajar grandes distancias y resistir las temperaturas de la Antártica.
“Lo que puede suceder es que las larvas de este bicho lleguen en verano a la Antártica, se desarrollen en verano, pero no sean capaces de sobrevivir en invierno”, plantea.
Uno de los experimentos pondrá a prueba la fisiología de esta especie, muy común en la Patagonia. “La temperatura en Antártica varía entre los -1,8 grados en invierno y 2 grados en verano, en promedio”, explica.
Ejemplares de cangrejo austral serán sometidos a 5, 2, 0, -1 y -1,8 grados durante tres meses. Si resisten la temperatura más baja, significa que podrían hacer su vida en la Antártica.
El Halicarcinus planatus puede bajar en su organismo la concentración de magnesio, muy concentrado y tóxico en aguas frías.
“Viajar no es tema, porque hay muchas aguas-lastres que los buques recogen cerca del continente y que sueltan en la Antártica”, dice Zambra López. En ellas puede haber larvas de cangrejo.
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