Fue uno de los aspectos señalados por el Dr. Miguel Pardo en la Universidad de Laval en Canadá, a través de su charla “La pesca selectiva y sus consecuencias”.

Dr. Miguel Pardo en el campus de la Universidad de Laval, Canadá.
Pasaron 14 años desde que el investigador del Centro IDEAL y académico de la Universidad Austral de Chile, Dr. Miguel Pardo, defendió su investigación de doctorado en la Universidad de Laval en Canadá, y desde ese entonces que no visitaba esa casa de estudios. Eso cambió, ya que en mayo asistió como profesor co-patrocinante a la defensa de tesis de doctorado de Ignacio Garrido. En la misma visita, dio una charla sobre “La pesca selectiva y sus consecuencias”.
“Esta es la primera vez que regreso a la universidad donde realicé mi doctorado. Ahora no fui como estudiante sino como investigador, con una línea de trabajo establecida. En la oportunidad también presenté al Centro IDEAL y sus principales objetivos”, comentó.
La Universidad Austral de Chile (UACh) y la Universidad de Laval, realizan trabajos de colaboración por medio del Dr. Pardo. Una vez al año un estudiante de Canadá, que está terminando el bachillerato, viaja a la UACh en Valdivia para realizar una pasantía de tres meses. El próximo estudiante llegará a la ciudad en una semana y realizará análisis de muestras antárticas proporcionadas por el Centro IDEAL.
Pesca selectiva
La charla del Dr. Miguel Pardo presentó distintos aspectos de la pesca selectiva y sus consecuencias, entendiendo como pesca selectiva el uso de distintos métodos de captura enfocados en una especie, un sexo y tamaño determinado. En la pesquería este método se utiliza desde la década de los ’40 y es actualmente cuestionado porque genera múltiples efectos, desde decaimiento en los rendimientos reproductivos hasta la micro evolución.
La preocupación por la pesca selectiva no es solo nacional sino mundial. “Los datos de la FAO indican que desde finales de los 80 el desembarco proveniente de la pesca en los océanos se ha estancado en unos 90 mil millones de toneladas al año, esto a pesar de que el esfuerzo de pesca sin duda ha aumentado. Es evidente que el manejo actual de los recursos basado en especies y no en el ecosistema debe ser revisado” cuestionó Miguel Pardo.
Pardo explicó que la pesca selectiva funciona para algunas especies, pero para otras tiene consecuencias desfavorables a largo plazo. “Si se escoge un manejo selectivo que involucra restricciones de talla y sexo, por ejemplo, se debe conocer muy bien la biología y ecología de la especie para que realmente sean efectivas”, dijo. Un caso es el de las jaibas, donde se recolectan de acuerdo a tamaño y sexo, lo que crea un desbalance en sus poblaciones. “Esto resalta aún más las necesidades de investigación básica en nuestros recursos” agregó Pardo.
Enfatizó que lo importante es que la normativa vigente se sustente en estudios biológicos de referencia. “Hay zonas bien manejadas como en la isla Juan Fernández donde extraen langosta y otras que no. La efectividad de un buen manejo apunta a la sustentabilidad de las poblaciones, y para ello necesitamos una evaluación biológica y pesquera permanente” concluyó.