Por primera vez habrá tres embarcaciones haciendo ciencia al mismo tiempo y cinco bases nacionales tendrán la presencia ininterrumpida de investigadores hasta principios de abril.
Richard García, El Mercurio. El impacto de las plantas invasoras en la flora nativa a la luz del cambio climático y la presencia de contaminantes orgánicos humanos derivados de las bases en los ecosistemas marinos, incluyendo coliformes fecales, son dos temas que inquietan a los investigadores que participaran este año en la campaña de investigación canalizada por el Instituto Antártico (Inach).
No todo es negativo. Los investigadores también están rastreando bacterias antárticas ultra resistentes. Ya han descubierto algunas que pueden controlar microbios que afectan a peces como salmones o truchas. Este año uno de los objetivos es detectar bacterias asociadas a las plantas antárticas que podrían mitigar el daño que producen las heladas en las plantaciones de paltos.
La capacidad de investigación de Chile en la Antártica alcanzará su mayor nivel en 2017, con una movilización de infraestructuras, embarcaciones y número de científicos sin precedentes. El cuartel general de toda la campaña será la Base Risopatrón, situada junto a la Base Eduardo Frei, en la isla Rey Jorge, en las Shetland del Sur.
“Nunca habíamos tenido tres buques navegando al mismo tiempo, cada uno con científicos a bordo, incluyendo uno especialmente equipado para investigación”, explica José Retamales, director del Instituto Antártico Chileno (Inach). Esto porque aparte del transporte Aquiles (que realizará actividades desde el 24 de enero, especialmente en el entrono de las Shetland) y el rompehielos Viel (que contempla operaciones del 12 de enero en adelante en la zona más meridional de la península), se sumará la Karpuj, lancha de investigación y apoyo construida en 2015, que por primera vez estará en campaña durante toda la temporada desde este jueves.
El principal equipo científico que viaja al continente helado esta semana es del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la universidad Austral. Lo harán primero en avión hasta Rey Jorge y luego se trasladarán a las distintas embarcaciones. Llevarán 23 investigadores entre los que se incluyen oceanógrafos físicos, químicos y biológicos, y ecofisiólogos, cuenta Humberto Gonzáles, director de IDEAL. “Esta es nuestra primera experiencia con un equipo tan grande, normalmente estábamos acostumbrados a trabajar con grupos menores”, cuenta.
Además habrá investigadores de la Universidad Católica de Chile, Concepción, La Serena, Magallanes y Andrés Bello repartidos por las distintas bases, quienes también comenzarán a arribar esta semana.
Hay planeadas al menos tres misiones de buceo para observar en directo la misteriosa biodiversidad de esa región y también una campaña paleontológica que incluirá tanto el entorno de la península como el yacimiento de cerro Guido en Última Esperanza. El objetivo de esta última apunta a confirmar que el origen del bosque de Nothofagus fue antártico y de ahí se expandió hacia Sudamérica, y también dar un vistazo más profundo a los hallazgos de fósiles de saurópodos y otras especies que han identificado en cerro Guido desde principios de la década.
Será el primer año en que la Base Yelcho operará a total capacidad, a tres años de su apertura y equipamiento. Situada en una pequeña isla a 400 kilómetros al sur de Rey Jorge, cuenta desde fines del año pasado con los primeros acuarios para investigación científica de Chile en el continente helado. Yelcho fue habilitada especialmente para trabajar en temas de biología submarina como el impacto del cambio climático en las esponjas.
En 2018 se sumará la Base Teniente Carvajal, situada a 400 kilómetros más al sur, más allá del Círculo Polar Antártico y que hasta ahora solo servía como refugio temporal. Este año viajarán para allá 9 personas que trabajara en la construcción de un laboratorio. Lo harán a bordo del rompehielos Viel, la única forma de alcanzar esa zona tan lejana. Aunque la base todavía no estará habilitada para hacer ciencia, al menos 24 científicos trabajaran en su en entorno alojando en campamentos o en el mismo Viel. La base Carvajal debería estar inaugurada el próximo año.
Con esta operativa, Chile contará con seis bases habilitadas para la ciencia, además de una serie de campamentos temporales, incluyendo Glaciar Unión, donde se hizo campaña entre noviembre y diciembre. A esto se suma el nuevo cetro de Investigación en Punta Arenas.
En paralelo habrá al menos 10 investigadores chinos como parte de la tercera investigación conjunta con el Inach. Con Corea ya hubo una actividad similar durante diciembre.
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