Delicada especie vive a cuatro grados y muere cuando se le somete a 15.
Ariel Diéguez, Las Últimas Noticias. El ostión patagónico, o Zygochlamys Patagonica, lamentablemente es estenotérmico. Eso quiere decir que resiste rangos muy estrechos de temperatura. Así lo descubrió Jorge Navarro, doctor en biología de la Universidad Memorial de Newfoundland, de Canadá, e investigador de la Universidad Austral y del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Ideal).
“Esta especie se encuentra en la zona de la Patagonia, tanto en el lado chileno como argentino. Llega a medir 9 centímetros y se puede extraer cuando mide 5,5”, cuenta Navarro. Se parece mucho al ostión de la zona central, salvo que una concha es más oscura que la otra. Es comestible, pero actualmente está en veda.
Explica que, según el Servicio Nacional de Pesca, en 1998 se extrajeron 3.660 toneladas al sur de la Región de Magallanes. Dos años después fueron poco más de 200. “Como pasa en muchos de nuestros recursos marinos, la sobreexplotación produjo esta baja”, dice.
Cien ejemplares recolectó el equipo de Navarro en el Fiordo Pía, en el Canal Beagle, donde viven a 20 metros de profundidad y a cuatro grados de temperatura. El objeto era hacer un experimento sencillo: dividirlos en grupos y a cada uno de ellos, durante dos meses, someterlos en el laboratorio de la Universidad Austral, a distintas temperaturas: 1, 5, 9, 12 y 15 grados.
“La mortalidad fue de cien por ciento cuando los pusimos en condiciones de 1 grado y también de cien por ciento a los 15 grados”, cuenta. Incluso a los 12 grados murió el 60 por ciento de los ejemplares. Los bivalvos que mueren se abren y, si alguien los toca, no reaccionan.
“Es preocupante, pero también hay que pensar que estos animales tienen cierta capacidad de adaptación”, explica el científico. Por el momento parece que no la han desarrollado, pero puede que lo hagan, considerando que el cambio climático se toma su tiempo.
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